jueves, 19 de mayo de 2016

Fortuna

Para el jardinero es mala hierba;
crece silvestre, en lugares no deseados.
Sus raíces débiles aferradas a la tierra, titubean libertad.
Su semilla germina como la luz, desparramándose con el viento, sin prejuicios ni tabúes.
Su tallo erecto lo mantiene vivo. Canal de digestión.
No necesita agua ni amor.
Moldeable a la adaptación divina,
se adecua a cualquier estación.
Infinitos aparecen en mi camino con sus tres folíolos, esperanza, fe y amor.
Unos pocos mutantes tienen 4, al que se le suma la suerte.
Particularidad frente a tanta igualdad.
Este es el del buen augurio, sobre todo si se encuentra al azar.
El trébol, mi talismán.
Sus hojas danzan en armonía con la luna, que flotando maneja las mareas.
Esperanza etérea.
Espolvoreado con esmeralda dorada
Difícil de encontrar,

pero la pérdida es fugaz en la multitud homogénea.

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